sábado, 27 de noviembre de 2010

Me imagino que lo notaron...

Esta bueno esto de que no me lea nadie, porque puedo aprovechar para poner lo que quiera, hacer toda clase de vaticinios sin que nadie se entere si me equivoco o no y el día de mañana cuando por fin acierte algo decir -Te lo dije!! Bueno, están advertidos, ahora paso a mi tema de hoy.

Soy de una generación que fue empeñando su imaginación, no se si lo notaron pero actualmente hay una crisis de creativos seria, muy seria, lo que nadie está pensando o por lo menos nadie dice es que esto va a empeorar. Digo empeñando porque la cambiamos por comodidad, lo que nunca notamos es que una ves que nos acomodamos nunca volvemos a buscarla.
Por mi parte, noto que de a poco fuimos dejando de soñar, de imaginar y por lo tanto de crear. Eso nos pasa a los que tenemos mas o menos entre 25 y 40 años. Con mis 36 noto que nos fuimos apachurrando, dejamos de leer, de investigar, de tener iniciativas creativas. Sin ir mas lejos, el cine sufre la peor crisis de su historia, una crisis creativa. Pareciera que ya nadie tiene historias nuevas, no encuentran nada que contar y por eso están haciendo tantas remakes una tras otra, porque quieren contar cosas, pero no saben o no tienen que, así que toman una historia vieja (que los mas jóvenes no conozcan) la reescriben con un par de adornos tecnológicos para vendernos porquerías y eso es todo.
¿Puede ser que a nadie se le caiga una idea?
Si, puede y es así. Es que ya nadie quiere imaginar, es mas fácil sentarse frente a la tele y ver lo que otros imaginaron por nosotros. No digo que todavía no haya gente creativa o con imaginación, el problema es que no la usan y el que la usa y tiene la habilidad suficiente para crear algo magnífico se encuentra con una barrera muy difícil de derribar, la gente no quiere imaginar nada, entonces si tu historia apela a la imaginación estás condenado al fracaso y nadie la quiere porque va a ser un fracaso comercial.
Lo que mas me preocupa es qué pasara cuando le toque el turno a los que hoy son chicos y están recibiendo todo en bandeja, sin ejercitar la imaginación. Supongo que se mirarán unos a otros extrañados e inventarán alguna tecnología revolucionaria que permita recuperar todo lo viejo, eso si realmente recuerdan que alguna vez existió algo llamado imaginación y nos hacía la vida tan maravillosa...
Como diría María Elena Walsh en su Dailan Kifki: "y mi hermano Roberto dijo: -¡estamos fritos!". ¿Alguien se acuerda de ese libro, alguien se acuerda de algo? Supongo que cada vez menos, miramos y escuchamos pero no absorbemos, esperamos que nos traigan otra cosa para llenar un espacio vacío que realmente no llenamos, porque simplemente lo dejamos pasar distraídos.
Lo mismo ocurre con la música. Las radios y las discográficas difunden lo que quieren básicamente porque les conviene. Ahora están tratando de reflotar el vinilo con la tonta excusa de la fidelidad y poniéndolo lógicamente como algo novedoso y "cool". Está mas que claro que es un intento desesperado de luchar contra la piratería, al perder la lucha legal no les queda otra que volver a las fuentes: el formato. El vinilo solamente pueden producirlo ellos, la calidad no es mejor que la de un CD, es mentira. Aunque a algunos nos llene de nostalgia el particular sonido de la púa, por favor no caigan en esa trampa, los artistas ya están cayendo en la cuenta de que la música debe ser de libre difusión y pueden recaudar en los recitales. Tratemos de no retroceder en eso. No gasten en vinilos, gasten en recitales, es mejor y mucho mas emotivo! Sin ir mas lejos, anoche me perdí el recital de Lisandro Aristimuño, un chico de Río Negro que está haciendo una música maravillosa que escuché de casualidad porque no lo difunden en ninguna de las radios de mayor audiencia. Sin embargo este pibe se ganó el premio Gardel 2010 por Mejor Álbum Rock Pop Alternativo. Yo se lo menciono a todo el mundo y salvo Ceci, que me dio el empujón para que escuche el resto de sus discos (Gracias Ceci!) no lo conoce casi nadie... De paso, se los recomiendo.

Bueno, estuve a punto de convertirme en Violencia Rivas pero por suerte sonó el gong, me tengo que ir.
Buen fin de semana, piensen un poquito en eso y les propongo que tratemos de rescatar a los mas chicos, tratemos de hacerlos soñar y delirar todo el tiempo posible, a ver si reactivamos la creatividad y dentro de un par de generaciones cuando seamos mas viejos encontramos historias nuevas, creadas por estos sobrevivientes.


Este tema da para largo y sinceramente perdí el hilo de lo que pensaba contar, así que no se extrañen si vuelvo sobre lo mismo algún día de estos...

viernes, 26 de noviembre de 2010

See Ti Tour

El de hoy viene cortito, fue un día largo y caluroso, pero positivo.
Como a todo, hay que encontrarle la parte linda. Estuve todo el día de acá para allá en reuniones y visitando obras. Calor, polvo, aire acondicionado, bis, bis, bis, una mezcla bastante incómoda pero que me importó poco, aproveché para pasear bastante por la ciudad y seguir tratando de ver mas allá. Pongo tratando porque el día fue movido y se me complicó un poco despejarme del trabajo como para calzarme mis ojos de niño. Después se tranquilizó todo, hubo cerveza con amigos, risas, picada y hasta una batucada ambulante por la calle Reconquista. Lo importante es que mi siempre recomendada receta de amigos, charla y cerveza surtió efecto. Volviendo para el subte descubrí un nuevo personaje que se suma a la lista y en un futuro no muy lejano tendrá su propia entrada. A ver si logran componer esta imagen o mejor dicho si logro pintarlo bien...

Calle 25 de Mayo y Reconquista, pasadas las 9 de la noche. Algunos autos estacionados, la calle está bastante oscura y prácticamente desierta, los locales cerrados con las persianas bajas. En la vereda algunas personas, como en cada cuadra del microcentro, se dedican a clasificar la basura que extraen de las bolsas en papel, cartón, plástico, vidrio u orgánicos. Pensándolo bien, deben hacer mas por la ecología que la mayoría de los que conozco, lástima que deban hacerlo para sobrevivir. Pero no me quiero ir del tema, desde 25 de Mayo hacia Alem, Reconquista tiene una pendiente, el bar de la esquina tiene una escalerita en la que esta gente había apartado todas las botellitas pet de medio litro que encontraron, parecía una especie de cascada plástica con peces de color verde. Venía por la vereda de enfrente mirando esto cuando me cruzo con una pareja de unos cincuenta años. La señora parecía salida de "Some like it hot" (Una Eva y dos Adanes) la película de los años 60 y el hombre era "El sr. de mirada cercana" por bautizarlo de alguna manera. Vestía un traje gris muy oscuro, casi negro, camisa a rayas y anteojos. Hasta ahí todo normal, concordaba con la mujer, el detalle que estoy guardando es que sus anteojos tenían pegadas esas lentes o lupas de joyero, una especie de microscopios que se montan sobre los cristales de los anteojos, las que usan los relojeros. Es raro... por lo menos para mí. Yo nunca había visto algo así, ni siquiera de día.
¿Que verá este hombre caminando de noche con esas cosas en sus anteojos?
Ya es probable que piensen que estoy loco, por esa misma razón me contuve de preguntarle si había leído mi entrada de ayer y eran sus "ojos de niño" artificiales... es imposible.

Es tarde, les dije que venía cortito. Duchita y a la cama!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Primeros pasos, observar el entorno...

Hoy como tantas veces, volví a descubrir que estaba equivocado.
Como es habitual, leo, escribo, observo y me "inspiro" (si a esto podemos llamarle inspiración) mientras viajo camino al trabajo, a casa o a donde sea. Creo que soy un buen observador y pensaba que en Buenos Aires sería difícil encontrar un abanico de personajes mas amplio que el del tren Sarmiento. Error.
Solo es cuestión de abrir bien los ojos y mirar, mirar sin el filtro de indiferencia que nos pone la rutina. A partir de ahí vamos a ver la verdadera realidad, la de la calle, la de la gente que sale a pelear o disfrutar cada día a su manera. 
El tachero que va frenando todo el tráfico sin importarle nada mientras trata de encontrar un pasajero y en cuanto lo consigue sale a toda prisa, tocando bocina e insultando a sus compañeros que hacen lo mismo que hacía el diez segundos antes, el colectivero que viene atrasado y cada dos paradas sube alguien que le dice de todo o simplemente le pregunta qué pasa que tardó tanto. Y tantos otros...
Así que hoy me calcé mis ojos de niño y traté de ver todo de otra forma. Mágicamente después de tantos años guardados, funcionaron. Prácticamente me fui chocando con ciertos personajes que solamente voy a nombrar porque cada uno merece una entrada aparte para contar lo poco o mucho que pude observar y aprender de sus vidas con cruzarlos algunos segundos o tal vez minutos.
Por orden de aparición hoy encontré los siguientes:
- La mujer coqueta del colectivo.
- El gordito sin piernas y el hombre miniatura del subte.
- Angelito, el ciego que está en la salida por Corrientes y San Martín de la estación Florida del Subte B. En realidad no se como se llama pero lo veo desde hace unos quince años en el mismo lugar, siempre está igual, sintiendo el paso de miles de personas y aunque no las ve podría jurar que las distingue, por eso el nombre.
- El loco de los mamelucos, a ese menos mal que no me lo choqué.
y para finalizar en el camino de regreso, El señor cara de berenjena.

La ciudad está llena, repleta de personajes que viven su día a día vaya a saber cómo, seguramente de alguna forma que para mas de uno de nosotros sería insoportable, a algunos de esos les pedí disculpas en mi entrada de ayer. No los envidio para nada, mas bien los admiro. Admiro sus ganas de levantarse cada mañana y salir a repetir esa rutina.
¿Será que la noche realmente surte un efecto de renovador en nosotros y nos reinicia el ánimo para afrontar de nuevo el día? Puede ser.

Mi humilde consejo es que busquen donde tienen guardados sus "ojos de niño" y se los calcen un rato, aunque sea mientras viajan. En algún lado los tienen que haber dejado, en algún cuento o juego viejo, en la casa de sus padres, en el colegio, no sé... Seguramente hablando con viejos amigos recuerden dónde quedaron y si después de mucho buscar se dan cuenta que no los encuentran se los pueden pedir a sus hijos, sobrinos o ahijados, ellos se los van a prestar contentos. 
Van a ver que distinto se ve todo y sentir el enorme campo de visión que perdimos sin darnos cuenta y ningún oftalmólogo podrá devolvernos jamás.

Hasta mañana.

martes, 23 de noviembre de 2010

Maldita racha... un buen punto de partida!

Desde hace aproximadamente un año comenzaron a sucederme cosas molestas, tampoco digo graves ni es por quejarme gratis y ante todo pidiendo perdón a todos aquellos que realmente tienen problemas serios y afrontan la vida con un coraje sin igual, pero la verdad es que estoy bastante harto de esas pequeñas cosas que si bien no te arruinan la vida y si vienen de a una no son mas que un contratiempo, cuando se van acumulando pueden llegar a agotar al mas paciente, en este caso, moi.
También me pasan muchas cosas buenas, como a la mayoría, de las que estoy agradecido (ahí ya no somos tantos) así que voy tratando de mantener ese equilibrio entre cosas buenas y malas que básicamente es la vida.

Este fin de semana fue muy lindo porque el sábado me reencontré después de varios meses con todas las primitas y primitos de Analía, a los que quiero tanto y me dan tanto cariño que realmente se hacen extrañar. Después tomé una cerveza con el negro, otro de mis hermanos de la vida. Hablamos de cualquier cosa y como siempre nos hizo muy bien. Por eso digo que hablar con amigos es la mejor terapia que pueda haber.
El domingo también estuvo buenísimo porque estuve con el Pequeño Gran Ahijado que me regalaron Juan y Carla y fue el bautismo de Camila, esa cosita hermosa que vamos a cuidar como mercenarios. Después hubo asado, charla existencialista y póker con otros amigos en Luján, estuve a punto de perder un par de veces pero como con todo, me recuperé y terminé segundo por poco así que aunque mucho mas superficial fue otra alegría. Ah! también arreglamos el futón de Charly, parece una pavada pero ya saben cuanto me gusta y lo bien que me hace arreglar todo lo que se me cruce y generalmente lo hago con éxito, salvo mi vida, claro...
Pero también me pasaron cosas raras, cosas que me guardo porque se haría largo y no tiene sentido contar, idioteces dignas del mayor de los idiotas y es un poco eso lo que le da comienzo a este rapto de escritura que me atacó esta mañana, me levanté sintiéndome un idiota, perdón con mayúsculas IDIOTA.
Una vez mas me dí cuenta que muchas veces por mas alineados que estén los astros no llegan los eclipses, aunque nosotros lo veamos así, lo busquemos, lo deseemos o incluso empujemos planetas enteros con la mano, el eclipse no llega. Así que empecé a escribir de a poco, muy de a poco, una frase, dos, una rima, otra, alguna metáfora y me sentí mejor, mucho mejor. Hasta que se me acabó el viaje y tuve que entrar a trabajar, me quedaron cosas en la punta de los dedos que no se si volverán pero no importa, me hizo bien y ya vendrán ideas nuevas, lo importante es que me relajé.

No es la primera vez que lo hago, por eso pensé en llegar a casa y releer algo de lo que había escrito con anterioridad para comparar situaciones, estados de ánimo y ver si esta vida es una cinta de moebius que me tiene rodando de acá para allá, si al fin y al cabo me sirve para crecer un poquito o solamente es un cable a tierra por el que descargo esta tormenta de impotencia y sentimiento de insatisfacción acumulados que solemos cargar los idiotas.
Claro que como buen idiota, nunca tomé el reparo de guardar lo que escribía, debe estar en papeles viejos o mi antigua libretita vaya a saber dónde y por eso decidí comenzar a postear en este blog.
Al parecer funciona, esto ya me está haciendo muy bien, descubrí que aunque sea crecí un poquito y todo ese derroche de idiotez quedará plasmado en algún lado donde pueda volver a leerlo cuando necesite enfocarme nuevamente para salir adelante. Creo que hoy me voy a dormir tranquilo.
Si quieren pueden leer, comentar o insultar, lo que les salga y les haga bien será bien recibido...
Si me hace bien a mí por qué negarles la oportunidad de contagiarse?