viernes, 28 de enero de 2011

Vacaciones día 4 - 27 de Enero: Llegada a Cartagena.

Madrugamos porque teníamos contratada una combi para que nos pase a buscar a las ocho, por suerte llegó 7:40 porque el tráfico de Bogotá es muy similar o peor al de Buenos Aires y lo que al llegar en la noche nos llevó veinte minutos a la mañana nos tomó mas o menos una hora. Igual llegamos temprano y nos tomamos unos café en la cadena Juan Valdés, están buenísimos.



El vuelo estuvo perfecto. Al llegar como en cualquier aeropuerto nos ofrecieron taxis y combis a unos precios que cambiaban a medida que uno regateaba, cuando me hartaron fui hasta una cabina que hay a la salida donde te emiten el ticket y viajás por un precio fijo, nos salió prácticamente la mitad. Nos tocó un taxista muy divertido que nos fue haciendo una especie de city tour a medida que atravesaba los diferentes barrios.
La verdad es que la gente en Colombia es muy agradable, te tratan maravillosamente y por lo general de muy buen humor, diría que hasta mejor que en Brasil.
En unos veinte minutos llegamos a Torres del Lago el edificio donde alquilamos el departamento. Al bajar del taxi también nos recibieron tres o cuatro mulatos muy simpáticos que nos ofrecieron tours, paseos en lancha, drogas y sobretodo chicas, muchas chicas. Si, eran proxenetas pero onda Daddy Yankee o algo así.
Nos registramos, vino la dueña y nos acompañó al departamento para mostrarnos todo. Entramos y no lo podíamos creer, es espectacular. Logramos comportarnos hasta que se fueron la señora, su hija y su nieta.
Después hubo un festejo colectivo al ritmo de "Fuego" de Bomba estéreo y pasamos la tarde en la pileta también fantástica.



Mas tarde salimos a recorrer un poco los alrededores y cambiar dólares, conocí a un señor muy gracioso que me llevó de visita a una fábrica de joyas donde trabajan con esmeraldas, me enseñó el taller donde estaban trabajando y todo. Terminamos cambiando en el Bancolombia después de volver loca a la cajera, pasa que en algunas sucursales de algunos bancos cambian dolares pero tenés que llevar el pasaporte con dos fotocopias y hacen un papelerío enorme, pero conviene y como estuvimos tanto tiempo pagó el plato la cajera que ya no sabía si reírse llorar o ponerse colorada, yo me la pasé esperando que nos hecharan porque es raro que en un banco haya gente riendo de ambos lados de la ventanilla, pero no pasó nada. Entró un señor de unos ochenta y tantos con una mujer increíble con terrible pinta de gato, todos supusimos que era para firmar el testamento, no cabe otra explicación.
Ya con pesos colombianos en nuestras manos fuimos al supermercado. Es casi todo distitnto y está ordenado  completamente diferente a lo que es en Argentina o Brasil, todavía no logro deducir bien que criterio usan.
Bueno, compramos dos changos entre comida, cerveza y boludeces. Volvimos al depto un par en taxi y el resto caminando.



Nos bañamos y tranquilos nos comimos una picadita en el balcón antes de salir.



Julio y Coco habían salido un rato antes y nos desencontramos. Los esperamos en la puerta cerca de media hora y decidimos partir hacia el centro, caminamos, caminamos y después de caminar un poco mas decidimos que era hora de sentarnos a tomar unas cervezas en "Arepas pues" y dejar que la suerte fluya. Como a los quince minutos cuando trajeron la arepa que pidió Jorge para averiguar que son, aparecieron lo mas panchos y se sentaron a tomar con nosotros.
Partimos rumbo a la Ciudad Amurallada, como estábamos todos en bermudas (hace bastante calor) no nos dejaron entrar en ningún boliche (punto para Brasil!) así que paseamos por ese lugar dormido en la historia, pasamos a ver el Hard Rock Café y descubrimos que por el desencuentro nos perdimos un recital en vivo y gratis de Buena Vista Social Club, por algo así como una hora, cuando llegamos estaban desarmando y estaba terminando de salir la gente. Por las dudas revisamos la cartelera pero era lo único interesante.
Volvimos caminando hasta la muralla por donde entramos y tomamos dos taxis. En uno se fueron Charly, Julio y Juan Manuel. En el otro Jorge, Coco y yo. El nuestro dobló para la derecha, le dije "vamos mal" y para retomar tuvo que hacer unas diez cuadras mas hasta que se cortara el boulevard, la buena noticia es que  así descubrimos el Café del Mar donde estaba todo el mundo bailando al aire libre sobre la muralla, muy bueno. Y así suerge una nueva teoría, los taxis que tomamos Jorge y yo siempre tardan mas o quieren dar mas vueltas...

1 comentario:

  1. no puedo dejar de reírme!!!...y este bonus extra de las fotos.. genial!!!...Sr.Charly intentando hacer surf en la mesada de mármol!!! por Dios!jaja... imagino las risotadas de ustedes!!!

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