miércoles, 26 de enero de 2011

Vacaciones día 1 - 24 de Enero de 2011.

Nos levantamos temprano, por suerte no hubo tráfico. Llegamos a Ezeiza con mucha anticicpación, despachamos las valijas e hicimos el preembarque. Se ve que la chica de Lan que nos atendió con tanta simpatía estaba en uno de esos días porque aunque hicimos el check-in los cinco juntos nos dejó desperdigados por todo el avión y olvidó darnos la tarjeta de migraciones, nosotros tan colgados como ella, tampoco nos dimos cuenta. Entramos al free shop, boludeamos, comparamos precios, seguimos boludeando hasta que miro el reloj... ups, boludeamos demasiado, en ese preciso instante anuncian la última llamada para nuestro vuelo destino a Santiago. Zafamos.


Llegamos a Santiago, el aeropuerto está siendo refaccionado aparentemente por los mismos chorros que refaccionaron Ezeiza y Aeroparque por es muy parecido. Esperamos lo necesario y salimos hacia Bogotá, el vuelo fue excelente, nos tocó un avión y un servicio espectacular. Llegamos a Bogotá.
De noche la ciudad es medio tenebrosa, por lo menos las zonas por las que anduvimos, desierta, no había un alma, solo algunos zombis como los que divagan por Buenos Aires producto del paco. Los edificios son viejos, muy viejos y bastante feos. Hay un par de edicios modernos que se iluminan completamente por fuera y van cambiando de color, el resto gris. Triste. Al aproximarnos al hostel encontramos un tipo todo vestido de negro armado y con pasamontañas pensamos que era un ninja o de alguna tropa de elite, no es el custodio que pagan los hostales y hoteles por seguridad. Nos registramos, dejamos los bolsos y salimos a recorrer un poco el barrio acompañados por el ninja, un gordo macanudísimo.
Terminamos en "Doña Ceci" un barzucho que no valía dos guitas, al mejor estilo Constitución o Liniers, paredes pintadas de celeste chillón, con algunos murales en esmalte sintético, una videorockola con forma de guitarra aerografíada pasaba música de todo tipo. Unos cuantos turistas y lugareños alegraron la velada, la gente es muy dada y se armaron charlas de todo tipo, todo... En resumen terminamos divirtiéndonos bastante.
Volvimos al hostel, nos encontramos al francés y al alemán que estaban conversando desde que nos fuimos. Seguían hablando, saludamos y nos fuimos a dormir.
Como a las dos horas estos dos seguían hablando a los gritos y Jules se levantó enagenado a pedirles que se callaran y por supuesto yo jamás me enteré de nada hasta que me lo contaron por la mañana.

Fin del día 1.

No hay comentarios:

Publicar un comentario