miércoles, 21 de marzo de 2012

21/3

Está amaneciendo, por lo menos según indica el reloj es lo que debería estar sucediendo.
Afuera la niebla lo cubre todo, a medida que pasan los minutos se va revelando la ciudad, los pájaros pasan haciendo piruetas en el aire como si nada, por lo menos los que logro divisar a menos de cien metros. Mas allá de eso, solo hay niebla. Una niebla espesa, apenas interrumpida por las luces de las avenidas que se ven como un sendero de velas en la distancia. Los autos se abren paso lentamente como en una caravana de carruajes, sus luces también parecen faroles de aceite o algo por el estilo.
Comienza un nuevo día de este 2012 tal como pudo haberlo hecho hace unos docientos años.

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